DAFO son las siglas de las expresiones Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.
En los años 50 del siglo XX se produjo una rápida evolución del área de la gestión en las empresas, lo que permitió el nacimiento de tratados, herramientas y teorías que hoy en día aún se encuentran vigentes. Una de ellas es el análisis DAFO.
El análisis DAFO permite cuestionar nuestro proyecto desde los cuatro aspectos indicados, por lo que resume en un cuadro de trabajo las claves de actuación y evolución de nuestro negocio.

 

 

Las respuestas CAME

CAME son las siglas de las palabras Corregir, Mantener, Afrontar y Explotar. Este análisis simplemente sugiere qué debemos hacer con los ítems de cada apartado del DAFO, correlacionando una a una las cuatro secciones principales con las cuatro acciones que propone.
Por tanto, a las DEBILIDADES, responderemos con acciones que las corrijan (Corregir). Las FORTALEZAS, es claro que conviene mantenerlas (Mantener), o incluso mejorarlas. Las AMENAZAS deben ser afrontadas (Afrontar) para solucionarlas y, las OPORTUNIDADES inmediatamente las consideraremos como áreas de negocio susceptibles de explotación (Explotar)
Las inercias que propone son lógicas. Tampoco hay que ser un lince para descubrir esto, pero el problema es que con demasiada habitualidad no hacemos nada con el análisis DAFO, o lo aprovechamos de forma precaria, muy por debajo de sus posibilidades reales.
Si al análisis DAFO le añadimos una columna más con la especificación del CAME, al mismo tiempo que descubrimos nuestros puntos fuerte y débiles, las amenazas y las oportunidades, describimos la reacción que tendremos a cada una de ellas, con el consiguiente ahorro de tiempo, es decir, con un análisis más o menos pormenorizado de las acciones que pondremos en valor para el negocio.